Julio Verne y sus aportes al siglo XX
La visión romántica veía a la ciencia y la industria como elementos que habrían de guiar al hombre hacia un porvenir de felicidad y armonía, dentro de un mayor progreso material y moral; esto supondría la configuración de una sociedad más feliz y adecuada al hombre del mañana. Dichos avances llevaron consigo una nueva visión del mundo y una nueva manera de actuar en todos los campos de la actividad humana, justo a la que tanto cuestionaba Verne, el padre de la literatura moderna de la ciencia ficción.
Amante de la ciencia tanto como de la literatura, Verne “aprovechó” sus conocimientos geográficos, adquiridos a través de numerosos viajes por Europa, África y América del Norte, así como su entusiasmo por la revolución tecnológica e industrial, para convertirse en un especialista de los relatos de aventura de corte científico. Su dominio de la tensión dramática le permitió combinar extravagantes situaciones y momentos poéticos en una prosa ligera y amena, catalogada, erróneamente, infantil y juvenil.
Verne escribió sobre el espacio, viajes aéreos y submarinos antes de que se inventaran, y antes de que se desarrollaran formas de llegar más allá de la Tierra. Se anticipó a su tiempo no solo para el género literario, sino que sus obras influyeron en la tecnología que se aplicó durante el siglo XX. Por esta razón te presentamos algunas de las “aportaciones” de la literatura de Julio Verne que se transformaron en realidad:
Los noticieros
En 2889, según escribió Julio Verne en un periódico publicado en 1889, las noticias ya no se presentaría en formato impreso, “el Earth Chronicle es hablado cada mañana a los suscriptores, quienes conocen las noticias del día a través de conversaciones con reporteros, estadistas y científicos”. La primera transmisión de noticias por radio no ocurrió hasta 1920, y la primera en televisión en 1948.
Videoconferencias
Según el mismo artículo, Verne describe el fonotelefoto, un sistema que permite la transmisión de imágenes a través de espejos sensible conectados con cable, fue este aparato una de las primeras referencia a las videollamadas.
El helicóptero
En la novela Robur el Conquistador (1886), Julio Verne describe una embarcación llamada Albatross, la que se compone de mástiles con hélices que giran gracias a una maquinaria interna. Muchos encuentran en esta descripción al helicóptero moderno, sin embargo, antes de Verne escribiera la novela ya había textos en los que se hablaba sobre la posibilidad de crear vehículos con hélices, así que esta aportación tiene disyuntivas.
El submarino eléctrico
En 1970 se publicó una de las novelas más famosas de Verne: Veinte mil Leguas de Viaje Submarino, es en ésta en la que el Capitán Nemo viaja por los océanos del mundo en un enorme submarino eléctrico llamado Nautilus, con una estructura no muy distante de los submarinos actuales, distinto sólo por las habitaciones de lujo que el escritor francés describe en la novela. Fue sólo 14 años después que la armada española logró construir una nave submarina: el Peral.
Las velas solares
La obra, que comienza como una sátira del estereotipo estadounidense de la época de 1865, es un intento de describir por primera vez, y con minuciosidad científica, los problemas que hay que resolver para lograr enviar un objeto a la Luna. En De la Tierra a la Luna, Verne expone viajes espaciales y naves impulsadas por la luz. Hoy la tecnología permite la creación de naves impulsadas por luz a través de las velas solares que usan la energía de la estrella para desplazarse.
El módulo lunar
Tanto en De la Tierra a la Luna, como Alrededor de la Luna, Julio Verne propone el punto de lanzamiento primordial, muy cercano al Cabo Cañaveral, hoy lugar de lanzamiento de la NASA. En De la Tierra… Verne describe la cápsula que va sobre los cohetes espaciales y que permiten a los astronautas viajar al espacio.
Publicidad en el aire
“Todo el mundo ha notado esos enormes avisos reflejados en las nubes, tan grandes que se podrían ver desde la población de ciudades completas o incluso países”, así describió Julio Verne la “publicidad atmosférica”, la que se podría entender como los mensajes que se escriben en el cielo usando aviones.
Amerizaje desde el espacio
En De la Tierra a la Luna, Verne imagina que en el retorno, la nave espacial caería en el océano y saldría flotando, tal como lo hicieron muchas de las primeras misiones espaciales.
Internet
En 1994 salió a la luz la “novela perdida” de Julio Verne: París en el siglo XX, el texto fue escrito en 1863 y se mantuvo oculto durante más de ciento treinta años. La novela cuenta la historia de un joven que vive en un mundo donde hay rascacielos de vidrio, trenes de alta velocidad, autos a gas, calculadoras y una red mundial de comunicaciones, algo parecido a un telégrafo mundial, idea que, si se extrapola a la actualidad, podría parecerse al Internet.
Armas eléctricas
En Veinte mil Leguas de Viaje Submarino, se describe a las balas de esta arma como “contenedores eléctricos” o como Verne las llamó: “botellas de Leyden”, en las que “la electricidad es forzada a una muy alta tensión. Con el más pequeño toque se descargan, y el animal, sin importar lo fuerte que sea, cae muerto”.
Sobre este objeto también existen algunas interrogantes, pues ya en 1920 Tom Swift, personaje principal de las novelas estadounidenses de ciencia ficción y aventura, que abordan los temas de invención y tecnología, creada por Edward Stratemeye, ya aparecía el Táser: una especie de pistola eficaz hasta 7,6 metros que disparaba dos dardos unidos a cables eléctricos que transmiten los pulsos desde el arma hasta el agresor.
Fuente: http://culturacolectiva.com/julio-verne-y-sus-aportes-al-siglo-xx/
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